Jorge Hernández Fernández: Cuando el tobillo de Stephen Curry era más famoso que su muñeca

Durante un tiempo, Stephen Curry fue una ganga. No solo era el mejor jugador de la NBA, con el permiso de LeBron James, seguramente era también el número uno en relación calidad-precio. El base de los Golden State Warriors ganó el 'MVP' de la liga dos años seguidos (2015 y 2016), el primero de ellos de forma unánime por primera vez en la historia. Explotó, se convirtió en una superestrella y lideró a su equipo en la conquista de su primer anillo en 40 años, todo con un sueldo lejos de los más altos de la competición. Incluso de los más altos de su equipo: había tres jugadores que cobraban más de él.

La razón era su tobillo derecho, que en los primeros años de su carrera en la NBA recibió más atención que su muñeca. Aquellos problemas parecían olvidados, pero esta temporada, casi un lustro después, Curry ha vuelto a tener varias lesiones en ese mismo tobillo. Si en los cinco cursos anteriores se había perdido solo 16 partidos en total de temporada regular, en el actual ya ha sido baja en 21. Y aún quedan 10 por jugarse.

Parece que le ha mirado un tuerto: este viernes reapareció tras seis partidos ausentes por la segunda de esas lesiones de tobillo y volvió a lesionarse, esta vez de la rodilla. Quedaban poco más de tres minutos para que finalizara el tercer cuarto del Warriors-Hawks cuando su compañero JaVale McGee cayó sobre su pierna izquierda tras intentar taponar a un rival. En ese momento, Curry llevaba 29 puntos y 7 rebotes. Había vuelto de su lesión de tobillo en plena forma. "Un extraño y cruel giro del destino. Se recupera de su tobillo durante dos semanas, lo fortalece, y se lesiona la rodilla", dijo Steve Kerr, técnico de los Warriors. A falta de más pruebas, Curry tiene dañado el ligamento lateral interno de su rodilla izquierda.

"Estoy bien. Al menos no es mi tobillo", dijo Curry con buen ánimo a 'ESPN'. Aunque ya tuvo una lesión de rodilla en los 'playoffs' de 2016, que acabaron con derrota en la final ante los Cleveland Cavaliers, es su tobillo derecho el que ha centrado su preocupación en los últimos meses. En lo que va de temporada se lo ha torcido varias veces, la más grave el 4 de diciembre contra New Orleans Hornets. Entonces se perdió 11 partidos. El 8 de marzo, ante los San Antonio Spurs, se lesionó de nuevo y se perdió los siguientes seis partidos.

El tobillo derecho es el mismo que le trajo de cabeza en su tercera temporada. Curry jugó 154 de 164 partidos posibles en sus dos primeras temporadas, pero en la segunda ya tuvo algún que otro susto que llevaron al quirófano en mayo de 2011. El 'lockout' que retrasó el inicio de la siguiente temporada hasta el 25 de diciembre le favoreció en su recuperación, pero los contratiempos no desaparecieron. Una lesión en pretemporada, otra en enero, otra en febrero y finalmente una nueva operación en abril. De los 66 partidos de aquella temporada regular solo pudo jugar 26.

Stephen Curry reapareció el viernes tras haberse lesionado el 8 de marzo ante los San Antonio Spurs. (USA TODAY Sports)

En aquella temporada, la tercera en la NBA, sus números empeoraron. La consecuencia de una y otra cosa es que su segundo contrato en la liga, acordado a finales de octubre de 2012 (entraba en vigor en julio de 2013), fue de 38 millones de euros, algo menos de lo que podría haber firmado de estar en plenas condiciones físicas, pero aun así una buena cifra. Pocos consideraron que los Warriors corrían un gran riesgo. Si Curry conseguía convertise en la clase de jugador que había apuntado, saldría barato. "Potencialmente puedo llegar a estar infrapagado", dijo Curry tras renovar. Y eso fue lo que sucedió. Ganó dos 'MVP' y fue la cara visible de la transformación de los Warriors, que en julio de 2017 le firmaron un otro mucho más alto: 175 millones de euros por cinco temporadas.

Para cuando los Warriors firmaron aquel contrato a Curry en otoño de 2012, ya habían sucedido dos cosas que definieron el futuro de la franquicia y del jugador. La primera fue el traspaso de Monta Ellis, la estrella del equipo, lo que 'de facto' convirtió a Golden State en el equipo de Curry. Y lo segundo fue la unión del base con Brandon Payne, un entrenador personal que conoció durante su primera rehabilitación en 2011 y del que no se ha separado desde entonces. Payne, con sus peculiares ejercicios, tiene parte de culpa en el crecimiento de Curry.



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